
Piensa por un momento si jugaras en un equipo de baloncesto, te contratan y todos ponen la fe en ti. Te hacen un recibimiento sin igual ya que los dueños hicieron un gran sacrificio económico para tenerte en las filas de ese prestigioso equipo.
Solo que hay un problema, tu todavía tienes obligaciones y compromisos con tu anterior equipo, tienes que ir medio día a los entrenamientos de tu anterior equipo y en las tardes debes cumplir tu contrato con el nuevo equipo que adquirió tus derechos deportivos.
Parece que algo no anda bien, ¿cierto? al cabo de un tiempo tendrás dos entrenadores, diferentes estrategias de juego y ante todo un desgaste físico sin igual.
Tarde o temprano debes tomar una decisión importante, ¿Realmente en que equipo quieres estar?
Mateo 6: 24 dice:
"Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y
despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas." (NVI)
El Señor Jesucristo en el gran sermón del monte nos muestra la importancia de tener una vida comprometida con Dios al 100%, no al 50% o al 70%.
Muchos de nosotros vivimos con dos señores, decimos que amamos al Señor, pero todavía amamos al mundo o tenemos alianzas con las tinieblas. El Señor dice que es imposible que sirvas a dos señores o amos a la vez porque tarde o temprano obedecerás a uno de ellos.
¿A quién sirves?
Entregar el corazón a Jesús es vida y paz, servir a las tinieblas es esclavitud y muerte, no puedes pretender tener lo mejor de los dos, o amas al Señor Jesucristo y cada área de tu vida está rendida a ÉL o te decides vivir una vida de esclavitud y tristeza. El fruto de tu corazón el día de hoy es el resultado de a quién sirves.
Hoy, toma el compromiso de servir a aquel que te ama eternamente y te dio vida eterna. Rompe con las tinieblas, tu corazón no puede seguir dividido.
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