Si hay un momento en la historia donde vemos una amenaza real y latente en contra del mensaje de salvación es éste; la oscuridad cubre al mundo, el surgimiento de plagas, enfermedades y catástrofes mundiales que llenan de temor a la humanidad, púlpitos fríos donde se busca agradar a las congregaciones dando un mensaje adaptado a las supuestas "necesidades de las nuevas generaciones" .
Además es la era de la comodidad, hoy todo lo tienes a un click de tu control de televisión o de tu smartphone, todo el mundo está en tu mano. Te puedes sentar en la comodidad de tu casa y elegir a qué predicador quieres escuchar, qué grupo de adoración quieres utilizar para tu tiempo de adoración, etc.
¿Y mientras tanto? el mundo se sigue sumergiendo en un deterioro moral sin precedentes, falsas doctrinas e ideologías que solo buscan satisfacer la decadencia de la humanidad. El amor al dinero y al consumismo ocupan nuestro diario vivir, la humanidad corre a un abismo desenfrenado mientras que los que tenemos la verdad vemos el desastre desde la comodidad del tibio sillón de nuestra iglesia o desde la sala de nuestra casa, al mismo tiempo que escuchamos un nuevo mensaje que nos habla de cómo seguir pensando positivamente o de cómo superarnos a nosotros mismos.
Mateo 9:36-38 dice:
36 Al ver las multitudes tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. 37 Entonces dijo a sus discípulos: «A la verdad la mies es mucha, pero los obreros pocos. 38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.»
Jesús tenía un objetivo claro en su ministerio, Él era El Pastor que reuniría a las ovejas dispersas en su redil. Pero aquí en el pasaje de Mateo El Señor ve las multitudes, muchos lo seguían con problemas, enfermedades, preguntas y un sin numero de circunstancias que los aquejaban. Al verlas Jesús tuvo "compasión por ellas" es decir, que sintió un gran dolor en su corazón por ver almas extraviadas, vacías y en completa oscuridad; aquí las compara a ovejas extraviadas sin un pastor que cuide de ellas.
Jesús no las condena, a cambio, tiene un profundo sentimiento de dolor. ¿Sientes el mismo dolor de Jesús por los que se están perdiendo? vamos un poco más lejos ¿hace cuánto no compartes las buenas nuevas de Jesús a una persona que se está perdiendo? o
¿cuándo fue la última vez que ganaste un alma para Cristo?.
Al Señor lo movía su profundo amor por los perdidos y su compromiso para alcanzar el propósito de cumplir con su sacrificio por todos nosotros.
Luego, Jesús se dirige a sus discípulos mostrándoles que no era sólo su preocupación sino que debía ser la de ellos también, Pedro, Juan y los demás estaban cómodos recorriendo las aldeas, viendo milagros, señales y maravillas de la mano de nuestro Salvador, pero aquí El señor los lleva a otro nivel y les delega su compasión a ellos:
«A la verdad la mies es mucha, pero los obreros pocos. 38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.»
Jesús les enseña que la cosecha está lista y hay mucho por recoger, Él sería el grano de trigo que debía caer en tierra para dar fruto.
Juan 12:24
"De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto".
Solamente a través de su muerte vendría la gran cosecha, la pregunta es ¿Quién la recogería? Jesús sabía que serían millones y millones de almas que estarían extraviadas y dispersas, para lo cual Él los desafía motivándolos a orar para que EL Padre levante una generación de obreros que se encargue de recoger la mies que está lista.
¿Serás tú el obrero por el que Jesús está orando que se levante en este tiempo? no sigamos en el letargo espiritual y la comodidad de creer que algo va a suceder mientras seguimos en nuestra caja de cristal llena de tranquilidad y paz. Hay millones afuera que no conocen a Cristo, personas desesperadas y vacías que buscan una respuesta a su infelicidad.
Es tiempo que nos levantemos y seamos una generación que ora porque El Señor levante hombres y mujeres que se pongan en la brecha y salgan a predicar el evangelio de la gracia y la salvación, es la era de los obreros que se ensucian en el lodo para salvar a los perdidos, de aquellos que trabajan día y noche para no dejar uno solo sin conocer el amor eterno de nuestro Señor Jesucristo.
Seamos obreros dispuestos y preparados para levantar a Cristo en medio de nuestros conocidos, levantemos a Cristo en las calles, en las plazas, en nuestro lugar de trabajo, en nuestro vecindario, trabajemos sin descanso para llevar luz y salvación a miles que hoy están muriendo sin poder conocer a quien entregó su vida por nosotros.
¡El tiempo es ahora!
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